El viento me trae un eco, presto atención, pero la lejanía del origen me dice en un difuso murmullo que mis hilos han sido encontrados, que dejare de ser un muñeco, mis manos lerdas e inútiles volverán a tener su gracia, mi cabeza tallada por el amor de mis padres y el rigor de la calle, volverá a mirar las caras anonadadas de los espectadores atónitos antela gracia de mi desplante. Tengo ansias, para que en tu próximo arribo anudes por vez definitiva mis hilos de seda perdidos en tiempos antes de la primavera…
Esta es la oportunidad de una nueva marioneta, sus hilos ya están atados, sus piezas ya están talladas, solo un cordón la une al taller donde la carpintera repasa sus últimos detalles, y con impaciencia y nerviosismo reviso su cruceta para que el día en que tenga que atar tus finos hilos de lino y así con un fino disfraz me derritas y me digas papá
Que bello sueño, demasiado bueno, pero mis esfuerzos y mis ganas están dirigidos a que este bello sueño nos inunde a los tres en un dormir eterno…
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