Es ese sentimiento que no ahoga y nos lanza del brazo izquierdo de la cruz hacia un inminente y fugaz encuentro con la roca desnuda que recibe la sombra del brazo derecho.
Todo a un clic de distancia, toda la información que uno desea, y la que no con mayor razón…
Hoy dormiré con este sentimiento, aunque quiera no podré evitarlo.
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